sábado, 18 de mayo de 2013

"¿Estudias Arquitectura?"

Con esas palabras, una mirada directa a mi cubo y una sonrisa comenzó nuestra conversación, el era un hombre mayor, algo canoso, y se le veía bastante serio, solo se le veía, animosamente me comenzó a conversar sobre las ventajas que tenían el seguir estudiando, tener un titulo universitario, y también de como las personas cambiaban a medida que eso sucedía, de lo superiores que se sentían y de lo arrogantes que podían ser. Me contó sobre su trabajo, de su micro empresa que había creado junto con su mujer y como había tenido que arreglárselas para surgir cuando quedo sin trabajo. Me pidió que no cambiara, que siguiera siendo tan humilde, que no me burlara de la gente al hacer sus proyectos y que siguiera estudiando lo máximo posible. Me deseo éxito y con una sonrisa se despidió. Aquel hombre me alegro el viaje en micro de regreso a casa, hizo que reforzara aquellas cosas que con la rutina y la velocidad  de santiago a veces olvido y que cuando se cierra una puerta, se abren mil ventanas.

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