El gris aturdía los colores, era una capa espesa y sólida...

El texto de Eduardo Castillo me dejo mucho en que pensar, lo leído me recordó una casa que desde pequeña he observado, es una casa que ha absorbido un color gris-verdoso por el pasar de los años, los arboles a su alrededor ya casi la cubren e intentan invadir su territorio, los vidrio casi no existen y de jardín con rosas y bien cuidado ni hablar, pero ahí sigue la construcción, en pie, soportando el viento, la humedad, el calor, y eso es en lo que el texto que hace recordar como la naturaleza se impone ante lo ya construido como la naturaleza reclama su territorio y como esta deja en las construcciones su huella, que en algunas obras les da un toque de misterio, de belleza exótica con esos colores grises o un tanto sepia, que me hacen recordar al pasado en el presente.